Hotel Gran Melià Torre Melina
Un oasis urbano en el corazón de Barcelona.
Este emblemático hotel, conocido anteriormente como Hotel Rey Juan Carlos I, ha sido objeto de una ambiciosa remodelación liderada por MUR Arquitectura.
Concebido en el contexto de los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992, cerró sus puertas hace ya cuatro años por efecto de la pandemia. Situado en los vestigios de una antigua masía Torre Melina, el hotel renace ahora con un nuevo nombre y una nueva vida.
Situado en la confluencia de la Calle de Torre Melina y la Avenida Diagonal, el hotel está inmerso en una metamorfosis destinada a redefinir la experiencia hotelera en la Ciudad Condal. A través de una serie de proyectos de reforma, ASAH y MUR Arquitectura hemos asumido el liderazgo con el objetivo de reinventar diversos espacios dentro del icónico edificio, adaptándolos a las demandas contemporáneas y elevando el estándar de lujo y exclusividad que caracteriza al grupo Melià Hotels International.
Tras la actualización, el hotel pasará de tener 438 a 391 habitaciones, incluyendo suites y habitaciones de larga estancia, además de contar con 25.000 metros cuadrados de exuberantes jardines, varias piscinas, un lago, un wellness club y diferentes propuestas gastronómicas de vanguardia.
Conversión de los espacios comunes para una experiencia hotelera única
Una de las actuaciones clave de esta reforma, con un impacto importante en la percepción de los espacios comunes del hotel ha consistido en la apertura de la fachada sur de planta baja, y la creación de nuevos espacios gastronómicos como el Amaranta o el Level, con magníficas terrazas cubiertas por pérgolas motorizadas.
La interconexión del hall del hotel con estos espacios con mayor luz natural, el tratamiento más cálido en la elección de materiales de revestimiento y la aparición de vegetación natural le han dado una mayor calidez y escala humana a este impactante espacio.
Modernización y ampliación de las habitaciones
Proyecto fundamental y destacado en la reforma es la renovación integral de las habitaciones del hotel. En este proceso se ha buscado modernizar los espacios y alinearlos con los estándares de calidad y confort característicos de los Gran Meliá. Desde la actualización de los baños dotándolos de luz natural, hasta la reconfiguración de las tipologías de habitaciones, cada detalle ha sido meticulosamente planificado para brindar una experiencia de hospedaje excepcional a los visitantes.
Un nuevo concepto gastronómico en pleno corazón del hotel
Una de las transformaciones más destacadas consiste en la reconversión de las salas de eventos y reuniones de la zona norte de la planta baja en un sofisticado restaurante de autor. El objetivo principal era crear un espacio gastronómico para el restaurante Erre de chef Íñigo Urrechu, complementando la oferta hotelera y seduciendo los paladares más exigentes.
La transformación contempla una redistribución total del espacio, desde la entrada hasta las salas privadas, pasando por la zona de bar, la sala principal y la cocina vista. Se ha previsto una iluminación personalizada sobre cada mesa, así como en las áreas privadas, que ofrecerán a los comensales un ambiente más íntimo y exclusivo. La conexión visual desde todos los puntos del espacio y la cocina añadirá un elemento de espectáculo a la experiencia gastronómica, permitiendo a los clientes disfrutar del arte culinario en directo.